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SARA G. ANTUNEZ

¿QUIÉNES SON LOS HATERS (Odiadores de Internet)?


Hay que recordar que el stalking es una figura que se tipifica muy recientemente en nuestro ordenamiento jurídico, concretamente, en el año 2015, bajo el paraguas del artículo 172 ter y bajo el nombre técnico de hostigamiento.

Esta conducta, sancionable en la actualidad, cuenta con dos partes claramente delimitadas: El acosador y la víctima, surgiéndonos de antemano una pregunta clave a la hora de estudiar el Stalking ¿Cuáles son sus perfiles? En ello nos centraremos en este artículo.

Empezando por el acosador, hay que señalar un factor muy importante y que dificulta la lucha contra el stalking: Existen numerosas y diferentes formas de acosar y el comportamiento de los acosadores, por tanto, varía notablemente. Existen sin embargo varias pautas que permiten incorporarlos en categorías delimitadas. Una de estas tipologías se expone en el artículo La mente del acosador del reputado sitio web Lamentesmaravillosa.com, que sirve para ejemplificar brevemente el mapa de acosadores.

Podemos empezar analizando el perfil del que se denomina como Stalker rechazado. Este tipo de Stalker se denomina así porque su conducta gira en torno al rechazo que ha sentido por parte de la víctima. Este rechazo le provoca sentimientos tales como la ira, la rabia y la furia, emociones que marcarán notablemente su comportamiento y acciones. El stalker rechazado siente que la víctima le ha humillado con tal rechazo y, por lo tanto podemos presuponer que se mostrará agresivo, y realizará acciones con el fin de atacar y hacer daño a la víctima, más psicológicamente que físicamente, aunque sin descartar ninguno de los dos ámbitos.

El segundo de los tipos es completamente opuesto. Su comportamiento y conductas giran en torno a sentimientos como el amor, admiración y cariño hacia la víctima. Se trata del Stalker enamorado. En este caso nos encontramos con alguien que se encuentra totalmente encariñado de la víctima. Su comportamiento girará en torno, por tanto, a la necesidad de seducirla, siendo tan insistente que acaba entrometiéndose en su intimidad. Este individuo carecerá por tanto de agresividad, pero se verá compensado esto con su persistencia e invasión.

En tercer lugar encontramos a un tipo con rasgos similares al primero, pero diferente en cierto modo. Se trata del Stalker resentido. Este tipo de Stalker se siente molesto por la víctima, pero no necesariamente por un rechazo de esta, sino por, por ejemplo, celos o envidia. La víctima posee cosas o mantiene relación con personas que el acosador desea o ha realizado actos que han molestado al acosador. El comportamiento será parecido al del stalker rechazado pero podrá incluir comportamientos que tenderán a humillar, dejar mal a la víctima e incluso poner en peligro su relación con los bienes y personas que el acosador desea. Por otra parte, también puede ocurrir que el comportamiento del acosador vaya dirigido a sentirse retribuido por el daño (real o ficticio) que la víctima le hizo.

Por último nos encontramos con el Stalker depredador. En este caso el acosador tiene un objetivo claro y determinado: Agredir sexualmente a la víctima. Para ello realizará una labor de espionaje, tratando de aprenderse sus rutinas diarias sin ser descubierto para así, posteriormente, atacar. Su comportamiento se presupone por tanto que será mucho más metódico y sigiloso.

Pero esta no es la única tipología que sirve para clasificar a los acosadores, existen muchas otras. Hemos de recordar en este punto que, por desgracia, cada acosador es un mundo y más allá de los pocos y generales rasgos comunes (insistencia, coartación de la libertad de la víctima) difieren por sus acciones, de lo más imaginativas lamentablemente, y por sus objetivos.

Es necesario destacar en este punto que ningún ámbito de nuestra sociedad escapa del stalking. Hay otros tipos de acosadores que más allá de tener una relación como la expuesta con la víctima (resentimiento, amor etc.) y se centran más en el status de la víctima. En este sentido hemos querido rescatar algunas de estas motivaciones, señaladas por el psicólogo Arturo Torres en su artículo Los seis tipos de acosadores y sus motivaciones, publicado en el sitio web psicologíaymente.com. De estos tipos que se señalan hemos querido rescatar únicamente aquellos que se relacionan con ciertos mundos relacionados con la fama, ya sea por uno u otros motivos. Ahondando en sus motivaciones, hemos relacionado estas con la tipología anteriormente vista.

El primer mundo donde el stalking está presente es el político. No son pocos los casos de personajes políticos que se han visto acosados por rivales o incluso por personas no

públicas contrarias a sus ideas políticas. Pero puede darse el caso opuesto, que el acosador en cuestión, persona pública o no, acose al político por la admiración que siente por él. Lo real es que el acosador le da un valor especial al personaje político por sus ideas y su insistencia en las actitudes antes mencionadas (persecución, vigilancia, búsqueda de cercanía física) le convierten en acosador. Podemos intuir que los prototipos de comportamiento de estos dos polos serán parecidos al esquema dibujado anteriormente de stalker resentido/stalker enamorado con, obviamente, las diferencias particulares que tendrán estos casos, al no haber, presuponemos, la misma intensidad de resentimiento y, por supuesto, enamoramiento.

Tampoco escapa el stalking (y de hecho, puede ser muy intenso) al mundo del espectáculo y la fama. Muchos son los ejemplos de personas famosas que han sido severamente acosadas. Un fan de Madonna entró en su casa con la intención de casarse con ella, pero la amenazó con cortarle la garganta si no obtenía su disposición. Otro amenazó con suicidarse ante Hillary Duff si esta no le dedicaba tiempo a hablar con él, tras rastrear la policía su ordenador comprobó sorprendida que había buscado cómo asesinarla. Neymar, jugador del Barcelona, tuvo que cambiar su número de teléfono varias veces porque recibía numerosas llamadas y mensajes en la madrugada. Pero esto no sólo le ocurre a personajes internacionales, si no que también tenemos multitud de ejemplos en nuestro país. La actriz Sara Casanovas fue disparada con una ballesta por un hombre a la salida del teatro dónde había actuado.

El hombre le reclamaba que respondiera a los mensajes que le enviaba. Se libró del disparo por bastante poco. Pero como guinda a las experiencias más desagradables tenemos que señalar a Paco González, periodista deportivo. Una fan, enamorada de él, intercepto a su mujer en la calle y la asestó cinco puñaladas. Su hija corrió en busca de ayuda y sólo gracias a ello pudo sobrevivir. Como vemos, el stalking también es un problema muy serio para la gente conocida. Podemos concluir que los acosadores de famosos suelen ser personas obsesionadas completamente con sus ídolos, respondiendo más al tipo de stalker enamorado y rechazado. La agresividad del segundo, se entremezcla con la admiración y enamoramiento del primero, dando lugar a una agresividad reforzada tremendamente por la locura de amor por el personaje público en cuestión. Es reseñable, por tanto, que su comportamiento suele ser difícilmente previsible y tremendamente impulsivo.

Para finalizar, y como consejo a posibles víctimas de estos acosadores, lo primero que debemos hacer siempre es identificar si el acosador es alguien que conocemos. Hay que tener en cuenta en este sentido que casi siempre los acosadores más comunes suelen ser las ex parejas, sobre todo si no superaron la ruptura. Este hecho es especialmente peligroso si nuestra ex pareja tiene antecedentes por violencia de género (En este caso, es imprescindible llamar al número de atención telefónica a la víctima de violencia de género, 016). En caso de encontrarnos en una situación de acoso, sea o no producida por nuestra ex pareja, lo primero que debemos hacer es indudablemente, alertar a la policía y por supuesto, contactar con nosotros si las conductas del acosador traspasan nuestros límites.

Si estás siendo víctima de Stalking, CONTÁCTANOS!


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